A los 22 años, sin saber exactamente por qué, sentí un deseo profundo de acercarme al tarot. Algo me atraía y me dejé llevar por los pedidos de mi alma. Mi primer tarot fue un hermoso tarot astrológico con el trabajé durante dos años hasta que llegó a mis manos el tarot de Marsella y comprendí que era la herramienta que necesitaba si quería seguir avanzando.
Su antigua simbología y sabiduría, me permitía ir muy adentro y develar los secretos que el tarot quería entregarme. Hoy puedo decirte, desde mi verdad más profunda, que el tarot es sagrado. Es una herramienta de autoconocimiento poderosísima y un camino de realización y transformación.
El tarot se lee en el presente y, por eso, yo no vaticino el futuro. Respeto tanto al tarot y te respeto tanto a ti (como el ser de luz que eres dotado de un poderoso libre albedrio), que sería incapaz de hacerlo. Entiende que, es desde el presente, que sanas tu pasado y que puedes cambiar las lecciones que te depara tu futuro.
El tarot es un camino que nos conduce a la unidad. Caminar sus sendas es tener la valentía de verte, transformarte y tomarte completa. Bienvenida y bienvenido, espero que el tarot ilumine tu conciencia y expanda tu corazón, así como lo ha hecho conmigo.